La cosa rosada

Fanfic sobre la amistad y el amor propio
Fandom: Steel Ball Run - Jojo's Bizarre Adventure
Con: Gyro, Johnny y Tusk
En este fic el villano del que se habla es Pork pie hat kid, pero los personajes se refieren a él como "ese tipo" porque creo (si me equivoco lo siento) que en el maga Johnny y Gyro nunca se enteraron de cómo se llamaba. No tiene advertencias esta vez. Por favor lean lo que escribí hasta el final, que lo disfruten <3


Enfrentarse con ese tipo estrafalario que tenía una manivela con cables dentro de la boca había sido una experiencia horrible para ambos, Gyro lo sabía, que Johnny también lo había pasado mal, pero ya estaba cansado de que siguiera quejándose de lo mismo. Todavía le dolía la cabeza el haber estado tanto tiempo colgado del cabello, y la voz de Johnny sólo lo empeoraba.

Al principio también se había unido a las quejas, y maldecir a ese tipo había estado bastante bien, a él le hicieron un agujero en el pecho y a Johnny le habían prendido fuego; pero por alguna razón él no se quejaba tanto del tipo que lo hizo como de la “cosa rosada” que había visto salir de su brazo. Desde que empezó la carrera habían visto cosas raras todos los días, algunas incluso trataron de matarlos; ese tipo que pescaba las cosas a través de una cacerola con agua no se había quedado atrás, pero por cómo hablaba de ella, Gyro pensó que tal vez Johnny se había imaginado a la “cosa rosada”.

Según Johnny, la cosa era repugnante y gelatinosa, con el cuerpo lleno de apéndices extraños, obviamente de color rosa, cubierta de motas, y con unos ojos enormes que daban miedo; y aunque era pequeña le había parecido que podría ser peligrosa, había estado brincando sobre él y susurrándole cosas siniestras; como un completo monstruo. A Gyro le sonaba más bien como que Johnny había tomado demasiado sol, y lo dejó atrás un poco para no seguir conversando con él.

Johnny entendió que Gyro ya no quería seguir prestándole atención, tal vez porque no había podido describir a la cosa tan terrible como era. Se concentró en ella, tratando de recordar más detalles asquerosos, y de pronto, como si pudiera evocarla pensando en ella, la cosa estaba de nuevo sobre su brazo izquierdo, rodeando su muñeca con sus patitas delanteras.

—¡Gyro, Gyro, mira esto!

Él detuvo a su caballo y volteó con fastidio, Johnny se apresuró a alcanzarlo, estaba más histérico que antes e iba agitando con fuerza el brazo, como tratando de deshacerse de algo que se le hubiera pegado, y Gyro no pudo ver nada hasta que estuvo lo bastante cerca y prácticamente lo metió entre sus ojos; ahí sobre su brazo tenía a la cosa rosada de nuevo.

Gyro no pudo ocultar la sorpresa, no porque la cosa fuera realmente horrible, sino sólo al ver que de verdad existía fuera de la imaginación de Johnny. La cosa se había apretado a su muñeca, agarrada con todas sus patas, para evitar salir volando, sus ojos oscuros estaban llenos de lágrimas y los miraba con ellos a los dos, intermitentemente.

Johnny estaba temblando de los nervios, también miraba a la cosa, y después a Gyro, como esperando a que hiciera algo para ayudarle a deshacerse de ella, apenas y podía soportar el contacto con eso tan horrible, sentía algo parecido al asco y al desprecio al verla, y deseó con todas sus fuerzas que Gyro la arrancara de su brazo y la lanzara lejos, o que le prendiera fuego con un mechero; lo que fuera con tal de no tener que volver a ver a la cosa jamás.

Afortunadamente para él, Gyro no sintió lo mismo al ver a la cosa, no parecía tan peligrosa después de todo, al contrario, se veía tan lindo y dulce que le provocaba acariciarlo, como un cachorrito o un pequeño gazapo. Lo tomó con las dos manos y él se soltó fácilmente de Johnny, dejándose llevar dócilmente: era tal y como Johnny lo había descrito, pero mucho menos malo; su cuerpo no se sentía gelatinoso, pero era blando, como una bola de algodón crudo; y su piel, que estaba cubierta de pelitos suaves como la cáscara de un durazno, era de un rosa claro y limpio, que se volvía más oscuro en algunas motas en forma de estrellas que se extendían por su espalda. Los apéndices que Johnny también había mencionado no parecían un montón de tentáculos con ventosas como Gyro había imaginado antes, resultaron ser patitas delgadas que terminaban en forma de corazones, como borlas rojas, y algunos bigotes rizados que rodeaban su carita de pena.

—¿Esta es la cosa? —Johnny asintió—, no sé Johnny, no parece tan malo.

—Es asqueroso, deshazte de él.

La cosa se revolvió entre las manos de Gyro y suspiro con fuerza moviendo su nariz puntiaguda, su pelaje ahí era dorado como el cabello de Johnny, y parecía coincidir con una estrella más grande en su frente.

—No digas eso, lo estás asustando.

—¿Que yo he asustado a esa cosa? —Johnny le echó un último vistazo y empujó las manos de Gyro lejos de él con desprecio, y entonces fue él quien lo dejó atrás para no tener que ver más con la cosa, —no sabemos qué es, ni de lo que es capaz, mejor tíralo antes de que empiece a morder o a picar.

Johnny tenía razón de cierto modo, no sabían de dónde había salido algo tan raro y por qué había estado siguiéndolos. Pero la cosa era tan linda, con su cuerpecito como hecho de bombón y sus ojos enormes, que Gyro pensó que si se portaba bien no había ninguna razón para dejarlo, al contrario, si era listo como una mascota podría enseñarle a hacer trucos y a traer cosas para él.

Gyro dejó que Johnny tomara su distancia antes de seguir, no quería discutir si conservarían o no a la cosa porque él ya lo había decidido, por alguna razón ya no podía pensar en continuar sin él; siempre le habían gustado las cosas pequeñas y suaves, como los osos de felpa, y la cosa era tan linda que lo había conquistado apenas lo vio. Era del tamaño exacto para caber entre sus manos, y su pelaje se sentía tan suave contra su piel cuando se movía y se agarraba de sus dedos con sus patas delanteras, que no se pudo resistir a acariciarlo y a hacerle mimos.

Picó sus costados para hacerle cosquillas y la cosa se agitó y su piel tembló como la de un gato ronroneando, entonces lo hizo más fuerte, como si fuera a tomar su barriguita con toda la mano, y la cosa se retorció y trató de alejarlo empujándolo con sus patas, pero era tan lindo verlo sentir las cosquillas que Gyro sólo se detuvo cuando vio al caballo de Johnny caminar desorientado y a él abrazándose el estómago como si tuviera cólicos.

Sostuvo a la cosa con una sola mano y fue a su lado para ver si estaba bien. Johnny había soltado las riendas y estaba doblado sobre sí mismo, sobándose las costillas.

—¿Estás bien? —Le dijo Gyro.

—Sí, pero de pronto empecé a sentirme muy extraño.

Johnny se enderezó, y lo primero a lo que dirigió su vista fue a la cosa atrapada entre los dedos de Gyro, la cosa también lo miró a él, y le tendió los brazos como pidiéndole regresar con él. Gyro notó que Johnny lo miraba y se puso a la defensiva.

—No voy a tirar a mi Pelusa.

—No seas ridículo, no le pongas nombre...

Gyro puso a la cosa en la palma de su mano, acostada sobre su barriga, y acarició su espalda moteada para calmarlo, se lo mostró a Johnny y él se calló. Iba a decir que se sentía mal de nuevo, pero realmente no era algo que se sintiera mal esta vez.

—¿No es lo más tierno que has visto?

—No me gusta esa cosa Gyro, sólo verlo me pone enfermo.

—Seguro cambiarás de opinión —Gyro acarició de nuevo a la cosa, y llevándosela a los labios, la besó ruidosamente por toda la espalda— será nuestra nueva mascota.

Johnny se estremeció en silencio, una extraña sensación de calidez se extendió por todo su cuerpo, o al menos por todo lo que podía sentir. Ya no quería pensar en la cosa o en convencer a Gyro de dejarla a morir en el desierto, sólo pensaba en volver a sentirse bien, y saber qué le estaba pasando a su cuerpo.

Gyro seguía teniendo atrapada a la cosa sobre su mano, jugó entre sus dedos las patitas en forma de corazón, que eran aún más peludas que el resto de su cuerpo; tiró de ellas suavemente y también apretó los corazones entre sus dedos. Johnny volvió a sentirse mal, aún peor que antes, pasó sus manos sobre sus caderas, y debajo de su vientre, buscando desesperado el origen de la sensación fantasma.

—¿Seguro que te sientes bien? —le preguntó Gyro.

Iba a contestarle cuando él empezó a rizar y a tirar del rabo de la cosa, Johnny sintió una sacudida de vértigo surgir desde dentro de su estómago, como si se hubiera dejado caer desde muy alto, y su voz se apagó dentro de su garganta antes de que pudiera hablar. Tuvo que doblarse de nuevo para resistirlo e hizo un esfuerzo para recuperar el aliento.

—Sí, estoy bien.

La cosa traidora se había rendido a tratar de soltarse, aflojándose entre las manos de Gyro, dejando que lo manoseara y lo mimara. Dejó su rabo resbalar entre sus dedos sin encogerlo, y sus patitas en forma de corazón abrirse sin cuidado a los lados. Mientras, Johnny seguía sintiendo lo mismo que él, pero sin entender qué lo causaba; poco a poco la sensación dejó de ser desagradable, tal vez porque no era del todo tan mala, o porque Johnny ya no se sentía tan mal por estar experimentándola.
Gyro acercó más su caballo al de él, y una vez más le ofreció a la cosa rosada, como para que la tomara.

—Acaricia al pequeño Pelusa, te hará sentir mejor.

Johnny miró a la cosa, poniendo más atención ya no le pareció tan horrible, tal vez no era una mascota muy guapa, pero al menos tampoco tan fea como para no tocarla. Acarició su espalda un par de veces y la cosa salió de la mano de Gyro para regresar a su brazo, desapareciendo detrás de su muñeca. Por alguna razón se sintió mejor después de que la cosa se fue, pero también tenía la extraña certeza de que regresaría.

—Si vamos a quedarnos con esa cosa será con la condición de que no la llames Pelusa.

Gyro estuvo de acuerdo. No le preguntó a dónde había ido, y estaba dispuesto a dejar que eligiera el nombre él solo, después de lo que vio entendió que de alguna forma esa cosa rosada era parte del alma de Johnny.


*Gracias por leer hasta aquí. 
Lo que quise decir con este fic, es que creo que en el manga había algunas partes de la personalidad de Johnny que él no aceptaba de sí mismo, y que pudo reconocer y aprender a vivir con ellas gracias a su amistad con Gyro.
Lo puse como slash porque lo que Johnny sentía cuando Gyro estaba tocando a Tusk podría ser sexual o sólo cosquillas, lo que sea.
Yo creo que en esta parte del manga Gyro podría ver a Tusk porque antes también pudo ver al stand Tomb of the Boom cuando los estaba atacando. Tal vez aunque pudiera verlo no podría tocarlo, lo sé, pero por el bien de mi fic sí puede XD.
En fin, espero que les haya gustado, los amo.

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