Sólo es un rumor V

Fanfic yaoi
Fandom: Steel Ball Run - Jojo's Bizarre Adventure
Pairing: Diego x Johnny, Johnny x Gyro (unilateralmente)
Esta historia tiene situaciones violentas explícitas; menciona temas como la anorexia y el autodesprecio, y tendrá lemon en esta parte. Que lo disfruten <3

—Voy a volver por ti, Johnny Joestar. —Diego casi le grito en el oído antes de saltar del caballo y salir corriendo.

En otras circunstancias, pensaba Johnny algunas veces, tal vez hubiera sido un héroe. Claro que era su intención ser el caballero que llevara a Fanny a su casa para que se cambiara de ropa, nunca estaba de más quedar bien con la familia del juez Valentine. Pero no era su intención ser un héroe, y tampoco que por todo lo que dijeron después sobre él, acabara siendo desde un idiota, hasta un aprovechado porque la pobre Fanny tenía cuatro años menos que él.

Ni el padre de Fanny se había molestado en preguntarle qué había pasado en realidad, nunca le había dicho a nadie que había podido ser el héroe de su familia, porque había empujado a Fanny para que no la hirieran, y tampoco le había restregado en la cara que había podido ser el héroe de él, porque no le había dicho a nadie quién lo odiaba tanto para ir personalmente a disparar en el portal de su casa.

Muy dentro de su corazón, sabía que haber protegido a Fanny y lastimarse en el proceso fue más un acto reflejo que un sacrificio pensado y desinteresado, pero así como algo tan fortuito pudo haberlo convertido como un héroe, terminó acabando con su vida. Había tratado de no pensar mucho en las cosas menos malas que pudieron haber sido, y las primeras semanas se aferró a la idea de que al menos ella estaba bien, iba a crecer, tal vez sólo a lo ancho, pero iba a continuar con su vida, a casarse, a ser feliz y a tener hijos. En otras circunstancias pudo haber sido un héroe, pero también en otras circunstancias pudieron haberlos matado a los dos.

Nunca había hablado de eso con nadie, ni siquiera con Gyro, y de todas las personas que conocía en el mundo que aún estaban vivas, su padre era la última en la que hubiera pensado para contarle sobre eso. Aún así se había sentido extrañamente bien hablar con él de lo que pasó esa noche, como si con eso se hubiera quitado un peso de encima.

Fue muy evidente la emoción de su padre cuando lo vio montando de nuevo, iba llegando a la casa, y en lugar de estacionar el coche y acercarse al prado caminando, salió de la vereda y entró en el campo conduciendo, llevándose por delante una jardinera con arbustos. Cuando Diego lo vio ir directamente hacia ellos saltó del caballo y salió corriendo hacia el otro lado, escaló una cerca y siguió corriendo por el campo que separaba la casa del jardín de los vecinos. Johnny nunca había visto a nadie correr tan rápido en su vida. Recordarlo después era muy divertido, pero en ese momento estuvo a punto de gritarle una maldición, parecía algo muy propio de Diego meterlo en un lío y luego salir corriendo cuando ve que viene su padre.

Nunca había visto tanta emoción en el rostro de su padre, tal vez no se había fijado muy bien antes, o tal vez sí estaba muy feliz por verlo fuera de la cama. Tenía una cara más bien incredulidad, y por eso tuvo que pasar por encima de la acera y de una parte del jardín con el coche para llegar antes a verlo de cerca para poder creérselo.

Johnny terminó explicándole que no había exactamente invitado a Diego, y cómo había hecho para subirse al caballo, y después de que él y H.P. lo ayudaran a bajarse siguieron hablando con la misma naturalidad de antes, de antes de que inventaran todos esos rumores sobre él, y de antes de que su padre estuviera tan harto de verlo negarse a salir de la cama que había pasado semanas sin querer saber de él.

Entonces, de alguna forma habían acabado teniendo esa conversación sobre Fanny Valentine. Johnny se resistió un poco al principio, no quería volver a hablar de eso, y menos con él, pensó que el tiempo para tocar el tema se había pasado ya hacía muchos meses, que era cuando más necesitaba hablar de eso; pero mirando atrás, en ese entonces su padre no hubiera estado dispuesto a escucharlo, y mucho menos hubiera estado listo para disculparse con él.

Johnny se esforzó por entenderlo, que había pensado que desapareció de la fiesta por irse a meter en problemas con una chica, que pasaría un par de días en el hospital y sólo se perdería el principio de la temporada. Estaba también acostumbrado a tener esa especie de tensión permanente con él, donde Johnny haría o diría cosas, y él se enojaría antes de preguntarle qué le pasaba, y entonces no le había prestado atención cuando le dijo que no estaba haciendo nada con Fanny, que no había tenido la intención de que lo vieran saliendo con ella de la fiesta, ni tampoco cuando le dijo que pensaba que estaba lastimado de verdad.

Todavía le causaba angustia recordar cómo se sintió después de despertar la primera vez después de la cirugía, no podía pensar en eso sin ponerse a temblar, había sido mucho más aterrador dejar de sentir dolor, porque había dejado de sentir las piernas también. Pero entonces su padre le contó que también evitaba pensar mucho en ese día, y en que también estuvo tan asustado de enfrentar lo que le había pasado a Johnny, que había preferido dejarlo pasar, pensando en que ya podría hablar con él cuando mejorara.

Pero Johnny no mejoraba nunca, por más que se preocupara por él, y hasta entonces Johnny supo que verlo así le dolía demasiado, y llevarle a Gyro había sido su forma de tratar de ayudarlo.

Era muy difícil decirle sinceramente que podía perdonarlo, nunca habían sido muy cercanos, y se sentía muy raro que su padre se disculpara por algo, como si estuviera hablando con otra persona, a la que le tiene consideración, y no con Johnny. Pero de todos modos le dijo que estaba bien con eso, y le dio las gracias por su ayuda, no era como si pudiera decirle que era difícil creerle y que iba a necesitar tiempo para poder apreciar lo que había tratado de hacer por él, y además, no le convenía arriesgarse a hacerlo enojar antes de que se enterara que hizo que Gyro dejara el trabajo.

Pensó en él el resto del día, y durante toda la noche. Por una razón u otra, había terminado resolviendo con su padre un asunto que creía que no tenía solución, hasta esa mañana de verdad había pensado que jamás volvería a hablar con él, y viéndolo en retrospectiva, había sido algo bastante ingenuo de su parte; así que se animó a pensar de la misma forma en lo que había pasado con Gyro, tal vez podría volver a hablar con él alguna vez. La expectativa de escuchar su voz en el teléfono, o de volver a verlo lo hacía sentir mejor.

Tenía una rara sensación de emoción que no se terminaba de ir y no sabía exactamente de dónde venía. Más allá de que la angustia por pensar en que su padre no lo quería en la casa se había ido, y de la ilusión de que no tendría que despedirse de Gyro para siempre; había en el fondo de su mente una idea que no estaba cristalizada, pero que estaba dejando crecer como una esperanza, aunque fuera muy lejana, de "volver", como lo había llamado Diego.

Tal vez era el pretexto perfecto para volver a hablar con Gyro, decirle que quería "volver" parecía lo que bastante importante para decírselo, aunque ya no pudiera volver a ser su paciente, tal vez todavía querría escuchar lo que tuviera que decirle.

Dejó pasar algunos días y finalmente se decidió a escribirle, le pareció una buena señal que no lo hubiera bloqueado. Justo estaba pensando en que no era tan buena idea escribirle todo lo que quería decir en un mensaje largo, que era mejor saludarlo y esperar a que él le respondiera, y así le mandó un "hola" muy genérico , cuando lo interrumpió un mensaje de Diego.

Por lo que podía leerse en la notificación, Diego también había  elegido saludarlo primero sin decir nada más, la hizo a un lado y empezó a escribir el siguiente mensaje para Gyro, pero volvió a interrumpirlo un segundo mensaje que decía algo inquietante:

—"Te dije que volvería por ti :)"

—"Vas a venir otra vez?" —Johnny le contestó porque prefería saber antes de llevarse otra sorpresa.

—"Asómate por la ventana"

Johnny pensó que Diego estaba tratando de molestarlo, pero un momento después, cuando evidentemente no hizo lo que Diego le pidió, lo escuchó tocando suavemente al otro lado de la ventana.

Estaba anocheciendo, ya casi no había ruido en la casa, así que se apresuró a alcanzar su silla para ir a abrirle y que dejara de tocar, pero mientras estaba tratando de subir en ella, escuchó a Diego moverse tratando de abrir la ventana. Afortunadamente su padre no iba a estar en la casa por algunos días, pero de todas maneras, no era como que nadie se iba a dar cuenta de que se había colado en su casa.

Diego logró que cediera el seguro y se deslizó dentro de la habitación sin apenas hacer ruido. Apareció detrás de la cortina vestido de negro y con una bolsa de mensajero como un ladrón de las películas, guardó el desarmador con el que había forzado la ventana en la bolsa y le sonrío a Johnny tan casualmente como si acabara de encontrárselo en el parque.

—¿Cómo hiciste para entrar hasta aquí? —Johnny le habló en voz baja, como si así pudiera ocultarlo si alguien lo había visto entrar por la ventana.

—El portero me dejó pasar. —Diego le habló normalmente, y Johnny se dio cuenta de que no tenía caso que susurrara para esconderlo.

—¿Entonces porqué no entraste por la puerta como la gente? —Johnny estaba molesto porque lo hizo tratar de salir de la cama por nada.

—Porque así es más romántico. —Diego le sonrío y le guiñó un ojo cuando lo dijo— No seas dramático, te mandé un mensaje para que no te asustaras, no quería pasar por el pasillo y que me siguiera tu enfermera, la última vez no nos dejó hablar.

Johnny puso los ojos en blanco. Pensó que de alguna forma H.P. lo había salvado de Diego y sus amenazas sobre querer "hablar" en su visita anterior.

—¿Qué tienes que decir? —Había sonado mucho más cortante de lo que esperaba.

—Pues nada, que he hablado con Fanny. —De pronto Diego ya no parecía tan seguro de lo que quería decir, se puso a caminar por la habitación y finalmente se decidió a dejar su bolsa en el suelo y se sentó en la silla de ruedas, frente a él.

—¿Y has venido sólo para decirme eso?

—Hace meses que no se la había visto por ninguna parte, ya sabes, por lo que pasó… Pero nos encontramos y me dijo que no salía contigo, que eso sólo es un rumor.

—¿Y habías dejado de hablarme porque pensabas que estaba saliendo con ella?

Diego se encogió de hombros y bajó la cabeza, de verdad se veía muy culpable. No parecía que fuera a responderle nada. Johnny tuvo ganas de gritarle, a él y a todas las personas que se dedicaron a esparcir y a creer chismes sobre él, sólo porque seguramente era más divertido inventar cosas que averiguar qué había pasado de verdad, pero antes de que dijera cualquier cosa, Diego estuvo listo para hablar de nuevo.

—Lo siento mucho, es que pensé que me estabas engañando con ella.

Johnny se mordió los labios para no dejar salir una risa nerviosa, de pronto toda esa furia ciega se había ido, tampoco es que fuera divertido que Diego pensara que era su novio o algo así, pero casi no pudo evitarlo por la sorpresa. Definitivamente no había salido, ni estuvo nunca interesado en Fanny Valentine, pero sí había estado con muchas otras chicas mientras tenía esa cosa rara que estaba pasando con Diego.

Algo bastante más raro era que él pensara que tenían una relación de compromiso o exclusividad sólo porque se habían acostado algunas veces. Pero no podía ser tan cruel para decirle eso, de todas maneras no se habían visto en meses, aunque Diego pensara que habían tenido una relación, era obvio que se había terminado, no necesitaba lastimarlo para deshacerse de él.

—Yo sé que debí preguntarte a ti antes de pensar cosas, pero es que estaba muy celoso… Y luego te fuiste con ella. —Siguió diciendo Diego.

Su voz se quebró al final, parecía que iba a ponerse a llorar. Johnny no sabía qué decir, por un momento pensó que preferiría ponerse a gritarle a H.P. por ayuda para evitar que Diego hiciera una escena que seguir hablando con él, pero él se levantó y agitó las manos como si pudiera sacudirse la tensión que había creado.

—Iba a venir antes, pero tuve que esperar a que tu papá se fuera de viaje, no quiero que me arrolle con su coche.

Mientras hablaba se movió más cerca de Johnny, y con la misma agilidad con la que se había escurrido por la ventana, de repente estaba encima de él. Un sentimiento de familiaridad se revolvió en su pecho, algo parecido a cuando había vuelto a escuchar su voz, como si no hubiera pasado ni un día desde la última vez que estuvieron tan cerca.

Pensó que iba a tratar de besarlo y apretó los labios para resistirse, más por esa costumbre de hacer que Diego lo intentara más duro que por no quererlo de verdad, pero no llegó a pasar. Diego lo hizo levantar la vista y por un momento le dio la impresión de que estaba viendo a través de lo que estaba sintiendo, que podía saber que, después de todo ese tiempo, y de lo mucho que había cambiado, todavía conservaba el reflejo de jugar con él a hacerse el difícil.

—De verdad te extrañé.

Esta vez Diego se puso a susurrar, también como si diciéndolo en voz alta alguien pudiera escuchar eso que era sólo de ellos dos. Entonces lo besó.

Johnny cerró los ojos y lo dejó hacerlo, por alguna razón en lo primero en lo que pensó fue en Gyro, pero no pudo ni por un momento tratar de imaginar que era él, se sentía demasiado como Diego, además de demasiado familiar, había algo que podía ser sólo de él en sus labios, aunque realmente pudiera sentir sus palabras, como si siguiera hablando del tiempo que habían estado lejos, no dejaba de sentirse así como era él, algo sensual y atrevido.

Su celular empezó a vibrar, y hasta entonces se dio cuenta que una de sus manos estaba aferrada al hombro de Diego, y en la otra todavía tenía agarrado su teléfono. En cualquier otro momento, hubiera sido muy fácil suponer que era Diego, porque siempre era él, el único, a cualquier hora; pero entonces, aunque no era él, Johnny podía saber quién le estaba escribiendo.

Una felicidad ansiosa lo llenó de repente. Gyro siempre se había preocupado por él, y se había tomado el tiempo para hablarle y escuchar lo que tuviera que decir; y era tan bueno saber que después de lo que había pasado todavía estaba ahí para él, que un sentimiento de extraña urgencia hizo que empujara a Diego para saber qué era lo que le había escrito.

Apenas pudo leer su nombre en la pantalla del teléfono, Diego se lo sacó de las manos y lo echó al otro lado de la cama, no estaba fuera de su alcance, pero pensó en que era mejor deshacerse de él antes, y no tenerlo sentado sobre su regazo reclamando y tratando de ver con quien hablaba.

—¿Te importaría? —Dijo Johnny mientras se sentaba para apartarlo.

—Sí me importa.

Volvió a empujarlo contra la cama y trató de besarlo de nuevo. El celular de Johnny volvió a vibrar y él se estiró para alcanzarlo, pero Diego fue más rápido que él, lo tomó un segundo antes y lo lanzó al suelo. Rebotó una vez sobre la alfombra, y por el ruido que hizo, Johnny rogó porque la pantalla no se hubiera roto.

Apenas iba a empezar a gritarle a Diego por lo que había hecho, pero él lo detuvo, de alguna forma, con la gravedad de su mirada. De pronto parecía un asunto de vida o muerte que no contestara los mensajes de Gyro y le prestara atención sólo a él. Se sorprendió a sí mismo conteniendo el aliento para no decir nada y no volver a interrumpir lo que Diego estaba por hacer.

—Yo sé que estás enojado conmigo, —le dijo Diego— pero nada tiene porqué cambiar.

Johnny podía perdonarlo por haberse alejado de él por un rumor que escuchó, fácilmente también podía dejarlo creer que estuvieron en una relación, o lo que a Diego se le diera la gana imaginarse; pero era demasiado evidente que todo en su vida había cambiado. Y después de todos esos enormes cambios por los que había pasado, era de los menos importantes el haber dejado de meterse en la cama con él.

Lo peor era que no sabía exactamente  qué era lo que Diego quería que no cambiara, si no quería que terminara esa relación que Johnny no sabía que tenía con él, iban a tener un problema con eso. No había forma en la que se atreviera a preguntarle que era lo que no había cambiado, así que trató de tomar la salida más fácil.

—Todo ha cambiado, Diego.

—Yo sigo siendo el mismo, y lo que siento también.

—No sé si lo hayas notado, pero el que cambió fui yo —Johnny lo dijo mientras se señalaba completo con ademán y se rió abiertamente esta vez, era obvio que lo que había pasado lo había cambiado sólo a él.

—Yo veo que sigues siendo el mismo Johnny de siempre.

Muchas otras veces antes Gyro le había dicho lo mismo, que no importaba cual fuera su nueva condición, iba a seguir siendo el mismo Johnny de siempre, pero nunca se había dado permiso de creerle, porque Gyro no lo había conocido antes, y también porque pensaba que él sólo se lo decía porque era demasiado dulce con él.

Esas palabras habían tocado algo en su interior, tal vez no porque se las hubiera dicho Diego, pero sí porque venían de una segunda opinión, de alguien que no era tan amable.

Diego volvió a besarlo, en ese momento fue demasiado fácil dejarse arrastrar al estado donde siempre lo llevaba, se preguntó si él también sentiría esa familiaridad al estar tan cerca de él, o si seguiría gustándole igual que antes.

Sus manos se movieron sobre su cuerpo, en lugares donde podía sentirlo muy bien, y en otros donde ya no tanto. Trató de reunir el valor de decirle que iba a tener que detenerse, antes de que fuera más decepcionante que ya no pudiera darle lo que hacían antes, pero había pasado tanto tiempo, y tenía tanta sed, que no pudo dejar de de beberse los besos que goteaban de sus labios.

No quería dejar que pasara algo horrible y fuera demasiado tarde para parar, pero el momento para hacerlo parecía no llegar nunca. Pensó que él mismo lo dejaría en paz cuando decidiera que Johnny ya no se veía tan bien como antes y se diera cuenta de lo que estaba haciendo, pero él tampoco hizo nada por detenerse.

Ya le había demostrado antes que podía cuidarlo muy bien, y esta vez estaba siendo tan paciente y tan suave con él, que se sintió casi normal dejar que viera su cuerpo, que lo tocara, y a pesar del miedo, que deseara seguir sintiendo la cálida piel de Diego vibrando sobre la suya.

Igual que todas las veces anteriores, había encontrado una forma de hacerlo sentir bien. Johnny estaba tan sorprendido de poder funcionar todavía, y de lo bien que tan sentía estar en la boca de Diego, que aunque de verdad no pudiera ser exactamente el mismo de antes, aún había algo parecido al placer moviéndose dulcemente en su interior. No sabía si la sensación venía de verdad de la mitad dormida de su cuerpo, o si se lo estaba imaginando al volver a ver a Diego sosteniéndolo entre sus labios,  pero era tan delicioso y quería tanto que fuera real después de pensar en que nunca volvería a sentir algo parecido, que entonces decidió que no iba a pasar nada horrible, y podía dejar que se lo hiciera hasta que él estuviera lleno también.

Hasta entonces había sido algo
raro pensar en que alguien más todavía pudiera desearlo, pero aunque aún había podido hacer algo, y había terminado disfrutándolo, ya no fue tan bueno tener a Diego en su cama, trabado de acurrucarse después. Antes al menos podía levantarse e irse caminando cada vez que eso pasaba.

De alguna forma no estaba bien, no necesitaba estar con Diego, o que alguien, quien sea, pudiera desear estar con él. Estaba seguro de que eso no iba a sentirse bien si seguía enamorado de Gyro y no era él quien estaba ahí.

Fue peor cuando Diego empezó a mirarlo de esa forma, que ahora sabía que significaba que pensaba que era su novio, y que de verdad iba a hacer como si no hubiera pasado nada que pudiera separarlos. Necesitaba decirle que tenía que irse, y que no podía seguir volviendo a entrar corriendo por la puerta, o a escurrirse por la ventana. No podía estar con nadie más, y menos con Diego, al menos hasta que pudiera superar lo que sentía por Gyro.

No había una forma fácil de decirle que se olvidara de jugar a ser novios, en ese momento y en cualquier otro, pero era mejor si podía hacer que se fuera, y luego tratar de explicárselo por teléfono, así no podría hacer lo que siempre hacía, y conseguir lo que quería tirándose encima de él.

Trató de desenredarse de sus brazos, que estaban a su alrededor, y de sus manos entrelazadas con las suyas, lo más educadamente que pudiera hacerse eso para echar a alguien de su cama, pero no estaba funcionando.

—Diego, eso no ha estado bien. —Después de escuchar eso al fin le quitó las manos de encima, pero no se fue de su lado, no dijo nada tampoco, parecía un poco asustado y estar esperando a que Johnny continuara.— No podemos volver a hacer eso.

—¿Porqué no… hice algo mal…?

—¡No! —Johnny lo interrumpió antes de que pudiera ponerse a planear hacerlo mejor una próxima vez que no iba a pasar nunca— No puedes seguir sólo apareciendo, no podemos estar juntos. —Diego había vuelto a abrir la boca para hablar, pero Johnny no lo dejó— Conocí a alguien más…

Johnny esperó a que entonces dijera algo, para empezar a explicarle cómo había conocido a Gyro y que había empezado a sentir cosas por él, pero él no dijo nada, ni tampoco reaccionó de ninguna manera, había algo en su mirada que lo hacía verse herido, pero un poco más como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar. Fue hasta que su celular tirado en el suelo volvió a vibrar un par de veces que el sonido pareció regresarlo a la realidad.

Aún así no dijo nada, pero al fin se levantó y empezó a vestirse. No se veía enojado, pero al contrario, parecía que estaba evitando hacer o decir algo de lo que pudiera arrepentirse. Entonces el celular de Johnny empezó a vibrar sin parar, porque tal vez Gyro lo estaba llamando y Diego lo levantó de la alfombra.

Johnny sintió una punzada de pánico bajar por su espalda, trató de pensar en las palabras más convincentes para rogarle que no contestara después de lo que le había dicho, pero nada salía de su boca. Diego se quedó un momento viendo la foto de Gyro en la pantalla rota del celular, con los ojos tan llenos de lágrimas que apenas podía contenerlas, y después de lo que pareció una eternidad, le aventó el teléfono a Johnny, tan fuerte que si no lo hubiera atrapado lo hubiera golpeado en la cara.

—Contéstale a tu novio, y no te olvides de decirle porque tardaste tanto.

Diego se olvidó de que quería evitar a H.P. a toda costa, salió corriendo hacia el pasillo, mucho más rápido que la vez anterior que había salido huyendo, tan rápido que se olvidó de su bolsa de mensajero en el cuarto de Johnny.

Comentarios

También visita

Cómo tener un stand (sí, como los de Jojo)

Como recuperar a tu ex en dos sencillos pasos